Un año más celebramos la festividad de nuestro patrono San José.
En estos días en los que más de un millón de ucranianos se están viendo obligados a abandonar sus casas huyendo de la guerra, volvemos la mirada a este gran santo que, como ellos, tuvo que abandonar su tierra para poner a salvo a su familia.
Releyendo la vida de San José, nos paramos hoy en ese momento en el que, en sueños, un ángel le avisa de que debe partir con Jesús y María a Egipto ya que, el rey Herodes, atemorizado por la idea del nacimiento de un rey que pudiera arrebatarle su poder, quiere acabar con el Niño Jesús, ordenando la matanza de todos los niños menores de dos años.
San José, sin dudarlo un momento, abandona su tierra, atravesando el desierto, camino a una tierra desconocida.
La similitud con la situación actual de miles de familias, es innegable.
Hoy, pedimos a San José que interceda por todos los refugiados, para que, como él, mantengan su confianza en Dios y puedan regresar pronto a su tierra.
Mientras, a nosotros nos corresponde implicarnos y abrir las puertas de nuestra familia Cluny para acoger a todos como acogeríamos a la Sagrada Familia.
¡Feliz día de San José a todos!